Bloque 4: Biblioteca de aula y animación a la lectura ABPI

 

LA HORA DEL CUENTO


¡Hola a todos otra vez!

En esta entrada vengo a hablaros de la hora del cuento y de mi experiencia con ella en el colegio.

En primer lugar, la hora del cuento es una actividad que por lo general a todos los niños les encanta. En mi clase de prácticas, niños de 5-6 años, les encantaba la hora del cuento. La disfrutaban muchísimo, aunque es cierto que para hacerles disfrutar, el transmisor, en este caso el maestro, debe saber transmitir a los niños el placer del mundo de la literatura, teniendo una actitud de entusiasmo por ello. Aunque, primeramente, ha de haber elegido un buen texto y ha de generar un clima propicio previo a la narración o lectura en voz alta.

La hora del cuento no tiene un horario fijado pues puede surgir en cualquier momento, y esos momentos que aparecen de forma inesperada son los mejores.

Por otra parte, la interactuación es imprescindible en la narración o la lectura de textos literarios a niños pequeños, porque a través de ella, los introducimos en la historia, mantenemos su atención, comprobamos sus niveles de comprensión, encauzamos la atención hacia determinado personaje o determinada acción, asentamos el vocabulario...

La lectura o narración se interrumpe para preguntar o proponer a los destinatarios el tema que se desarrollará, las acciones que realizarán los protagonistas, el probable desenlace, el desenlace deseado, etc. Otro tipo de interactuación, son las preguntas que, una vez acabada la historia, los maestros hacen a los niños.

Tenemos que saber qué estrategia vamos a utilizar. Puede ser la narración, la lectura o el cuentacuentos. En la narración, el narrador narra con sus propias palabras, sin hacer una lectura exacta del libro que este leyendo. Por supuesto, acompañado de imágenes. En el cuentacuentos, el profesor cuenta cuentos que se ha aprendido con sus palabras, sin imágenes para dejar volar la imaginación de los niños. Y por último, la lectura, estrategia que he elegido para realizar la actividad, la cual trata de leer el cuento tal y como está escrito enseñando las imágenes.

El cuento que he escogido es ¿a qué sabe la luna? de Michael Grejniec.  Es un libro para ser leído y mostrado a la vez. He elegido la técnica de lectura con libro.


Los receptores son niños de 5-6 años.  Son niños muy activos y participativos. Les encanta participar en cualquier actividad que se propone en clase y sobre todo les encanta que les lean cuentos y libros.

Al leérselo en formato digital, preparé un ambiente oscuro, con todas las persianas bajadas. De fondo sonaba Prologue John Williams - Harry Potter and the Sorcerer´s Stone – Suite, para envolver el ambiente y que los niños pudieran relajarse y centrarse en la lectura del libro. Antes de leérselo a los niños en clase, me lo leí en casa para conocer la historia de antemano y así poder interactuar continuamente con los receptores.

En cuanto a la colocación de los niños, retiré las mesas para que pudieran sentarse en el suelo por filas de tal manera que todos pudieran ver la pantalla donde se proyectaba el libro.

Antes de que todo se quedara a oscuras, les presenté el libro, y seguidamente apagué las luces y empecé la lectura: “La luna salió y el libro empezó...”

Iba recreando la historia a través de las ilustraciones que mostraba a los niños.

La modalidad de lectura que elegí fue la de acercar mucho a los niños, distribuyéndolos en filas en el suelo y, sentada en una silla, yo leía a la vez que proyectaba el libro. Me llevé una Tablet para yo leer el libro desde ese dispositivo mientras desde el ordenador se proyectaba en la pizarra.

Las ilustraciones son coloridas, bien definidas y sin mucho detalle, por lo que todos lo lograban ver con claridad.

La primera pregunta de interacción que les hice fue: ¿Vosotros a qué creéis que sabe la luna?

Había respuesta de todo tipo. Unos decían que era dulce y sabía a chuches, otros decían que sabía a chocolate, otros a vainilla, otros a tarta de queso… y otros tantos opinaban que la luna sabia salada con sabor a queso, a palomitas, a pizza… también hubo un par de niños que se sabían el cuento y dijeron la respuesta del libro: la luna sabe a lo que a cada uno más nos gusta.

Tras esto empecé la lectura. Los niños estaban todos en silencio y la expresión de los ojos y el cuerpo era de ansia por empezar el libro.

De vez en cuando interrumpía la lectura y les hacía preguntas por ejemplo de las acciones que realizarán los protagonistas, como por ejemplo ¿creeréis que la tortuga conseguirá tocar la luna y arrancarle un trocito? O ¿qué hará el elefante ahora que tampoco ha conseguido tocar la luna?

La verdad que las respuestas que daban eran todas muy lógicas ya que, por ejemplo, la tortuga es muy pequeña para alcanzar la luna, sin embargo, cuando les hice la misma pregunta, pero con la jirafa, ahí si hubo distintas respuestas pues la jirafa al tener el cuello largo y ser muy alta hay quienes contestaban que sí iba a llegar a la luna. Con la segunda pregunta también acertaron, pues también el cuento al tener la repetición de llamar a amigos cuando no se conseguía daba pie a que los niños ya se la supiesen.

La siguiente intervención que hice fue al final del libro casi, cuando el ratón sube encima del mono, pero aún no se sabe si logrará alcanzar la luna o no. Entonces les pregunté: ¿conseguirá el ratón coger la luna? ¿por qué? Una vez más unos respondían que sí y otros que no. Los que opinaban que si lo argumentaban diciendo que si porque ya había una montaña de animales muy grande y en el dibujo ya casi podían tocarla. Los que opinaban que no decían que era porque el ratón es un animal muy pequeño y no llegaría a alcanzar la luna.

También les pregunté qué es lo que desearían que pasara y la mayoría dijo que querían que los animales pudiesen coger la luna.

Finalicé el cuento dejándoles decir lo que siempre dicen cuando acaban un cuento o libro: y colorín colorete por la chimenea sale un cohete. Les encanta decirlo porque hacen el sonido del cohete artificial y les hace gracia.

Entonces les pregunté si les había gustado el libro, a los que todos dijeron que si con un gran chillido, bastante entusiasmados.

Como este libro transmite valores positivos tales como el de que no hay nada inalcanzable si se trabaja duro para conseguir aquello que más deseamos, que hay que apoyarse unos a otros y no competir (aunque yo siempre digo que la competencia es muy buena siempre que te la hagas a ti mismo y no al de al lado), hay que ser solidarios, la importancia de la generosidad y de la amistad, de valorar la aportación que todos hacen al grupo sin importar si se es grande o pequeño.

¿A qué sabe la Luna? nos enseña que la unión hace la fuerza y que si colaboramos y trabajamos juntos por el bien común podemos conseguir metas que al principio parecían imposibles.

Yo les pregunté si la luna les parecía inalcanzable y muchos dijeron que no porque se podía llegar en cohete y otros dijeron que si era inalcanzable y que nunca se podría coger. Otra respuesta fue que a veces la luna cuando sale está muy cerca y si podría cogerse.

MI EXPERIENCIA

En cuanto a mis sensaciones particulares, a cómo me sentí, la verdad que estaba bastante nerviosa, no sé muy bien por qué, pero lo estaba a pesar de que ya les había leído otros cuentos en clase. Pero a pesar de los nervios me sentía a gusto y me gustaba ver sus caras de entusiasmo y ese nerviosismo que les entra por querer contestar o hacer algún tipo de comentario.

Ha sido una experiencia muy gratificante y enriquecedora para mí como futura maestra. La he disfrutado muchísimo y sin duda, la hora del cuento en mi futuro estará muy presente en mi aula

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuéntame otra vez la noche que nací

Artículo final

TEXTOS FOLCLORICOS: La Bella y la Bestia y La Cenicienta CORREGIDO 2